El Impacto del Temperamento en el Desarrollo Infantil: Comentarios sobre Rothbart, Kagan y Eisenberg


Colgate University, EE.UU.
(Inglés). Traduccíon: abril 2011

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Introducción

Los artículos sobre el temperamento presentan tres reseñas lúcidas de la investigación contemporánea sobre el temperamento, incluyendo una reseña del área del temperamento como un todo (Rothbart) y dos reseñas sobre rasgos particulares del temperamento (Kagan sobre inhibición y Eisenberg sobre control esforzado). Estas reseñas trasmiten la vitalidad de este creciente campo de investigación. A pesar de que los padres a lo largo de la historia han sin duda reconocido que sus hijos muestran diferentes patrones de comportamiento desde muy temprano en la vida, la investigación reciente ha indagado sobre la naturaleza de estos patrones de comportamiento con más profundidad. Específicamente, en las últimas décadas, los investigadores han documentado cuáles rasgos de temperamento existen en los niños pequeños, qué tan estables son esos rasgos, y cómo el temperamento de los niños moldea resultados importantes tales como la competencia social y la psicopatología.

Investigación y Conclusiones

Los investigadores sobre el temperamento han debatido la definición de temperamento. De hecho, los trabajos sobre temperamento difieren en la forma de conceptualizarlo. Los tres autores están de acuerdo en que el temperamento involucra diferencias individuales en los procesos emocionales y comportamentales que surgen temprano durante el desarrollo y que son moldeadas por procesos biológicos. Kagan parece igualar el temperamento con los procesos biológicos que subyacen las diferencias tempranas de comportamiento en emociones positivas y negativas y acercamiento y evitación. Rothbart agrega que el temperamento también está moldeado por el contexto y las experiencias de vida, enfatizando que el temperamento mismo se desarrolla con el tiempo. Rothbart plantea que el temperamento incluye un conjunto más general de rasgos, que incluye los rasgos emocionales positivos y negativos mencionados por Kagan, así como rasgos tempranos que indican que hay autocontrol (atención, control esforzado y la persistencia). La mayoría de investigadores contemporáneos aceptan la definición amplia ofrecida por Rothbart,1,2 y hay gran interés en los rasgos tempranos del temperamento que reflejan la autoregulación descrita por Eisenberg. Adicionalmente, la investigación reciente con gemelos ha dejado claro que las diferencias individuales de los niños se originan tanto de factores genéticos como ambientales, inclusive durante la infancia.3 Entonces, los rasgos temperamentales de los niños son moldeados por una combinación de factores genéticos y ambientales, tanto temprano en el desarrollo como a través de la infancia.1

Los tres artículos proporcionan una excelente y precisa reseña sobre el temperamento en términos de su medición, su desarrollo a través del tiempo y sus bases biológicas y ambientales. A estas reseñas se pueden agregar otros cuatro puntos sobre la investigación reciente.

Primero, el conjunto de rasgos temperamentales puede ser aún más amplio que la lista suministrada por Rothbart. Rothbart menciona un número de rasgos temperamentales que pueden ser medidos en los niños pequeños: emociones positivas y aproximación, nivel de actividad, temor, ira/frustración, atención y control esforzado. Alrededor de los 3 años los niños también parecen diferir en otros dos rasgos: 1) Amabilidad – Afiliación, gentileza y cuidado versus antagonismo hacia los demás (un rasgo mencionado brevemente por Rothbart); y 2) Intelecto/imaginación – Curiosidad, creatividad e inteligencia.1 Amabilidad e intelecto/imaginación comparten varias características con los rasgos temperamentales mencionados en la lista de Rothbart: 1) Rasgos comparables han sido observados en formas más rudimentarias en algunas especies animales;4 b) Padres de muchos países usan todos estos rasgos para describir las características más importantes de sus hijos;5 c) Todos estos rasgos pueden ser observados en niños mayores, adolescentes y adultos;1,6 y d) Todos estos rasgos son moderadamente hereditarios en la adolescencia tardía y la adultez. 1,6

Segundo, actualmente hay una buena cantidad de datos acerca del grado en que los rasgos tempranos de los niños exhiben continuidad. Después de los primeros meses de vida, ¿hay evidencia convincente sobre la continuidad del temperamento de los niños? De acuerdo a una sinopsis comprensiva realizada recientemente para responder a esa pregunta, los rasgos temperamentales de los niños sólo muestran una modesta estabilidad durante la infancia y la niñez temprana y después muestran un alto incremento en la estabilidad alrededor de los 3 años.7 Sorprendentemente, el temperamento no parece volverse más estable durante la adolescencia y los años de colegio, pero se mantiene moderadamente estable si se compara con el nivel de estabilidad presentada en los años preescolares. En resumen, los rasgos temperamentales de los niños en época preescolar predicen de manera significativa sus personalidades posteriores, pero también hay evidencia que los niños todavía cambian durante la infancia y la adolescencia.

Tercero, ahora es claro que el temperamento de los niños moldea sus logros en parte al constituir la manera como los niños se comprometen y evocan las respuestas de sus contextos.1  Los niños tienen diferentes formas de interpretar sus experiencias en el contexto dependiendo de su temperamento. Por ejemplo, los niños ansiosos e irritables tienden a percibir los eventos negativos como más amenazadores que aquellos niños con menores niveles de emociones negativas.8 El temperamento de los niños también moldea las respuestas típicamente evocadas por otras personas. Por ejemplo, las mamás de niños que son irritables y difíciles de calmar experimentan menos confianza y más depresión que las mamás de niños con temperamentos más fáciles;9 de manera similar, los niños más negativos emocionalmente evocan más respuestas parentales negativas en una misma familia que los niños menos negativos emocionalmente.10 El temperamento de los niños también afecta las respuestas que evocan en otros cuidadores, profesores y pares.1

Cuarto, las diferentes estrategias de crianza parecen funcionar mejor en niños con ciertos temperamentos. Thomas y Chess introdujeron la idea de “bondad de ajuste” hace varios años en los primeros trabajos contemporáneos sobre el temperamento. De acuerdo con este modelo, el resultado del temperamento de un niño puede variar dependiendo de qué tan bien los padres puedan adaptar su estilo de crianza al temperamento del niño.11 Aunque esta noción es intuitivamente atractiva, por muchos años fue difícil apoyarla con datos. El trabajo más reciente, sin embargo, ha demostrado varias instancias replicables de “bondad de ajuste”12,13,14 Por ejemplo, los niños que son agresivos y difíciles de manejar parecen obtener beneficios particulares de un estilo de crianza que incluye un control más restrictivo y menor negatividad parental. Los niños tímidos parecen beneficiarse de padres que los animen a explorar situaciones nuevas y es más probable que sigan siendo tímidos e inhibidos si los padres son sobreprotectores.  Más allá del ambiente familiar, el ambiente escolar de los niños, las relaciones con pares y el barrio pueden tener un impacto adicional importante en si el temperamento temprano de los niños se mantiene estable y en si sus temperamentos los llevan a buenos o malos resultados.15

Implicaciones

Rothbart, Kagan y Eisenberg mencionan algunas implicaciones cruciales de la investigación reciente sobre temperamento. Las diferencias en el comportamiento de los niños resultan en parte de influencias que van más allá del aprendizaje social; en cambio, hay importantes influencias hereditarias en el temperamento de los niños (Rothbart, Kagan y Eisenberg). El control esforzado temprano y la atención temprana tienen una variedad de beneficios para los niños, y los cuidadores y profesores deben hacer todos los esfuerzos posibles para ayudar a los niños a cultivar estos rasgos positivos (Rothbart y Eisenberg). En contraste, las tendencias tempranas de los niños hacia la extraversión versus la timidez y hacia el temor versus la falta de miedo, tienen tanto riesgos como posibles beneficios (Rothbart y Kagan; la descripción de Kagan de los riesgos y los beneficios específicos de la inhibición es especulativa en este momento).

Una implicación final debe ser enfatizada. Algunos niños representan un reto mayor para los padres, los profesores y los cuidadores debido a su temperamento. En particular, algunos rasgos temperamentales pueden ser particularmente retadores para algunos cuidadores: irritabilidad/frustración, temor, alto nivel de actividad y bajo nivel de control esforzado. En tales situaciones, es posible que los cuidadores se beneficien si tienen apoyo adicional y educación; en particular, se les puede ayudar a los cuidadores a evitar respuestas negativas que pueden ser evocadas naturalmente por el temperamento de los niños. Por ejemplo, a los padres se les ha enseñado exitosamente cómo manejar niños irritables y difíciles de calmar para que puedan desarrollar un apego seguro.16 Al proveer apoyo y educación a los cuidadores puede ser posible ayudar a los niños a alcanzar una mejor “bondad de ajuste” en los mundos en los que crecen.

Referencias

  1. Caspi A, Shiner RL. Personality development. En: Damon W, Eisenberg N, eds. Social, emotional, and personality development. New York, NY: John Wiley and Sons. In press. Handbook of child psychology. 6th ed; vol 3.
  2. Wachs TD, Bates JE. Temperament. En: Bremner G, Fogel A, eds. Blackwell handbook of infant development. Malden, Mass: Blackwell Publishers; 2001:465-501. 
  3. Emde RN, Hewitt JK, eds. Infancy to early childhood: Genetic and environmental influences on developmental change. London, England: Oxford University Press; 2001.
  4. Gosling SD, John OP. Personality dimensions in nonhuman animals: A cross-species review. Current Directions in Psychological Science 1999;8(3):69-75.
  5. Kohnstamm GA, Halverson CF Jr., Mervielde I, Havill VL, eds. Parental descriptions of child personality: Developmental antecedents of the Big Five? Mahway, NJ: Lawrence Erlbaum Publishers; 1998.
  6. Caspi A, Roberts BW, Shiner RL. Personality development: Stability and change. Annual Review of Psychology 2005;56:453-484.
  7. Roberts BW, DelVecchio WF. The rank-order consistency of personality traits from childhood to old age: A quantitative review of longitudinal studies. Psychological Bulletin 2000;126(1):3-25.
  8. Lengua LJ, Long AC. The role of emotionality and self-regulation in the appraisal-coping process: Tests of direct and moderating effects. Journal of Applied Developmental Psychology 2002;23(4):471-493.
  9. Crockenberg S, Leerkes E. Infant negative emotionality, caregiving, and family relationships. En: Crouter AC, Booth A, eds. Children's influence on family dynamics: The neglected side of family relationships. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates; 2003:57-78.
  10. Jenkins JM, Rasbash J, O’Connor TG. The role of the shared family context in differential parenting. Developmental Psychology 2003;39(1):99-113.
  11. Thomas A, Chess S. Temperament and development. Oxford, England: Brunner/Mazel; 1977.
  12. Bates JE, McFadyen-Ketchum S. Temperament and parent-child relations as interacting factors in children’s behavioural adjustment. En: Molfese VJ, Molfese DL, eds. Temperament and personality development across the life span. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates; 2000:141-176. 
  13. Gallagher KC. Does child temperament moderate the influence of parenting on adjustment? Developmental Review 2002;22(4):623-643.
  14. Putnam SP, Sanson AV, Rothbart MK. Child temperament and parenting. En: Bornstein MH, ed. Children and parenting. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates; 2002:255-277. Handbook of parenting. 2nd ed; vol 1.
  15. Shiner RL. Temperament and personality in childhood. En: Mroczek DK, Little TD, eds. Handbook of personality development. Mahwah, NJ: Lauwrence Erlbaum Associates; In press.
  16. van den Boom DC. The influence of temperament and mothering on attachment and exploration: An experimental manipulation of sensitive responsiveness among lower-class mothers with irritable infants. Child Development 1994;65(5):1457-1477.

Para citar este artículo:

Shiner RL. El Impacto del Temperamento en el Desarrollo Infantil: Comentarios sobre Rothbart, Kagan y Eisenberg. En: Tremblay RE, Boivin M, Peters RDeV, eds. Rothbart MK, ed. tema. Enciclopedia sobre el Desarrollo de la Primera Infancia [en línea]. https://www.enciclopedia-infantes.com/temperamento/segun-los-expertos/el-impacto-del-temperamento-en-el-desarrollo-infantil-comentarios. Publicado: Septiembre 2005 (Inglés). Consultado el 26 de diciembre de 2024.

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